Bueno, Yo estaba viviendo en los campamentos pero evidentemente no me tocaba combatir, no. Nunca he tenido armas pero eh, vivíamos con los compañeros en los campamentos porque nosotros teníamos que estar muy al tanto de lo que estaba pasando para no tener que enfrentar a la fuerza armada, y así habían varias estructuras, la estructura pastoral, la de nosotros, la estructura de prensa y propaganda, estaba la radio Venceremos, estaba la estructura que atendía a los heridos, a los enfermos. Pues toda esta gente, cuando había invasión militar, nosotros teníamos que comenzar a guindiar, es decir, tratar de apartarnos para no tener que enfrentar la fuerza armada. Entonces otras estructuras eran estructuras combativas que cuando había una invasión militar, ellos se preparaban para enfrentar la situación eh…pero sí estuvimos así conviviendo bastante con, con los guerrilleros aunque mi trabajo se orientaba también no sólo a los guerrilleros, se orientaba a las poblaciones que se habían quedado aquí en esta zona y con esta gente teníamos un trabajo pastoral como en todas las parroquias. Teníamos catequesis. Teníamos grupos de reflexión, celebrábamos la misa ah… Bueno, bautizábamos, unos se casaban, matrimonios. Teníamos todo un trabajo pastoral como en cualquiera otra parroquia pero siempre con un interés de animar a la gente en ese esfuerzo, en esa lucha para poder también asimilar también tantas cosas dolorosas que sucedieron en esa época y puedo decir que para mí ha sido siempre de gran satisfacción poder estar en estos momentos difíciles como por ejemplo cuando masacraron a mil campesinos en el Mozote, puede, poder estar ahí con una palabra de aliento una palabra de esperanza. [pero fue difícil me imagino.]
Fue bien difícil muchas veces, pero aún así no era pensar que aquí no había alegría. Aquí había alegría. Había una convivencia. Había, a pesar de todo, bastante alegría. Se gozaba en medio del dolor, en medio del sufrimiento, pues así hemos vivido todos estos años del conflicto. Gracias a Dios llegaron las negociaciones que eran ya buscar los acuerdos de paz y nos hemos quedado siempre en esta misma zona porque después de haber celebrado la paz, va, los compas, los guerrilleros, cayeron a la cuenta de que su situación no había cambiado mucho sino todo lo contrario. Quedaban como decimos prácticamente en la calle que sin casa, sin familia, sin tierra, eh… Sólo con aquella esperanza de los Acuerdos de Paz eh… aquellas promesas, todo estaba por hacerse de nuevo. Entonces nosotros nos hemos quedado en esta zona acompañando siempre a las comunidades y bueno, tenemos ahora la oportunidad de desarrollar un trabajo pastoral en un ambiente de…no podemos decir de paz, porque paz supone muchas cosas, pero en un ambiente de una paz relativa y esto nos permite extender e implementar el trabajo pastoral. Tenemos trabajo con los niños, la catequesis. Tenemos trabajo de jóvenes que ha crecido bastante. Tenemos trabajo con la madre, con la mujer va, porque hay que seguir fomentando la autoestima en la mujer que a veces está muy baja y tenemos trabajo con círculos bíblicos, con los hombres que involucramos en los círculos bíblicos. Estamos acompañando las cooperativas que se han organizado en una federación para apoyar también esos esfuerzos, por ir mejorando sus, sus condiciones de vida y tenemos un trabajo también con parejas y con la familia y notamos ahora que hay un gran deseo en los compas en….para rehacer su vida de pareja y para rehacer su vida familiar que por las mismas circunstancias habían tenido que descuidar prácticamente durante tantos años de guerra. Pues así nos hemos quedado acá y seguimos trabajando y siento mucho gozo, mucha alegría de estar aquí y de estar haciendo este trabajo de iglesia que para ..me parece para la gente es de mucha ayuda.